El cuerpo no está roto. Está intoxicado.
- Stephanie Geerts
- 1 may
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 3 may
Volver al cuerpo es volver al origen.
Hablemos entonces del cuerpo físico. En este viaje juntos iremos poco a poco develando las capas de la realidad; empezando siempre por lo básico, lo primitivo, lo más fácil de trabajar (aunque a veces parezca lo contrario).
La intención de esta serie de blogs es, en primer lugar, despertar la curiosidad de quienes me leen. Pero también es informar sobre la realidad en la que vivimos hoy y ofrecer herramientas para recuperar nuestra soberanía. Porque si somos soberanos, nos convertimos en verdaderos co-creadores. Y al hacerlo, comenzamos a alinearnos cada vez más con nuestra verdadera naturaleza.
¿Qué significa recuperar tu soberanía?
Significa dejar de ser efecto de las fuerzas externas. Dejar de vivir esperando que alguien fuera de ti te salve. Sentir que tienes el poder y el control de tu vida desde el libre albedrío que se nos otorgó.
Hoy, muchas personas viven en ignorancia de lo que realmente sucede detrás del circo y las apariencias. Mientras nos distraen con divisiones políticas, manifestaciones, entretenimiento sin fin, música diseñada para desensibilizar y series de Netflix que programan a las masas, nuestro entorno está siendo envenenado. Y por ende, nuestro cuerpo está siendo saturado.
Así que no, no estás roto. Estás intoxicado.
Y claro… siempre será más cómodo vivir en la ignorancia, porque como bien dicen, "Ignorance is bliss". Lamentablemente, solo atendemos al cuerpo físico cuando sus gritos son tan fuertes que ya no podemos vivir “normalmente”. Dolor de cabeza, inflamación, ansiedad, niebla mental, fatiga crónica… todo eso que nos han hecho creer que es “parte de la vida adulta”.
Pero el cuerpo, siendo la tecnología más avanzada y sofisticada que existe, tiene la capacidad de autorregularse y sanarse si le damos el entorno adecuado.
¿Sabías que tu cuerpo está expuesto a más de 200 millones de toxinas al día?
Gracias a su diseño perfecto, puede eliminar hasta el 75% de ellas. Pero ese 25% restante —si no le damos soporte— se acumula en los tejidos, órganos y células, afectando nuestro sistema nervioso, inmunológico y emocional.
Y entonces entramos en un estado crónico de alerta. El sistema simpático se activa, el cortisol se dispara, y todo nuestro sistema operativo comienza a deteriorarse porque, literalmente, estamos bajo ataque: Estamos siendo intoxicados. Todos. Todo el tiempo.
Y no lo digo para asustarte. Lo digo para que dejes de culparte. No estás roto. Estás saturado.
Respiras metales pesados. Bebes agua muerta. Comes comida adulterada. Te rodean frecuencias que alteran tus pensamientos, tus emociones, tus decisiones. Vivimos en un ambiente que no fue diseñado para el ser humano natural que eres.
Y aún así… tu cuerpo, esta tecnología viva, sigue luchando por mantenerte con vida.Sigue hablando a través de síntomas. Sigue pidiendo auxilio en silencio.
Por eso, hoy más que nunca, desintoxicar es un acto de amor y de rebelión.
No es una moda. No es solo para los que hacen yoga o toman jugos verdes. Desintoxicar es una decisión consciente de bajar la carga tóxica que interfiere con tu claridad física, mental y emocional.
¿Por dónde empiezo? El orden sí importa.
Una verdadera desintoxicación profunda debe seguir un orden estratégico.
Y cada paso abre la puerta al siguiente:
Limpieza del colon
Limpieza del hígado
Eliminación de organismos dañinos (parásitos, hongos, bacterias)
Reforzar el hígado
Remover metales pesados y tóxicos químicos
En los próximos blogs, te voy a contar cómo hacer cada uno de estos pasos de forma segura, natural y sin agredir a tu cuerpo.
Entre más toxinas cargas, más denso se vuelve tu cuerpo.Y entre más densidad, más difícil es sentirte tú.
Las toxinas no solo bloquean órganos. Bloquean emociones, intuiciones, ideas, deseos. Te desconectan de tu propósito. Te nublan la claridad. Te bajan la frecuencia.
Cuando empiezas a depurar el cuerpo… algo cambia. Empiezas a pensar más claro, a dormir más profundo, a llorar lo que no habías podido llorar, a elegir con más coherencia y a sentir una ligereza interna que quizás no habías sentido desde tu infancia.
La desintoxicación te devuelve el acceso a partes de ti que estaban dormidas.
No es solo físico.
Es energético.
Es espiritual.
Es liberador.
Y justamente desde esa visión nació Healing Hub Playa. Como respuesta a una necesidad cada vez más urgente: crear un espacio donde el cuerpo pueda descansar, reestructurarse y recordar cómo se siente habitarse en coherencia. Un espacio donde no haya ruido artificial, ni estímulos que te empujen hacia afuera, sino frecuencias que te devuelvan hacia adentro.
La tecnología que usamos, el EESystem, está diseñada para acompañar estos procesos de desintoxicación profunda en todos los niveles:– Ayuda al cuerpo a entrar en coherencia celular.– Reduce la carga electromagnética acumulada.– Activa procesos naturales de regeneración.
A esto se suma el uso de suplementos cuidadosamente elegidos, protocolos personalizados y productos que ayudan a armonizar los espacios que habitamos (llenos de radiación, RF y EMFs) para que tu entorno deje de ser un enemigo silencioso y se convierta en un aliado.
Porque sanar no se trata solo de lo que tomas, sino del campo en el que vives, del cuerpo que habitas y de la energía con la que te relacionas.
¿Sientes el llamado a soltar la densidad? Este es el primer paso.
Comments